"Si el esfuerzo de inventar resulta estimulante y creativo, a algunos les provoca parálisis su solo intento (...). Y el aferrarse a lo sabido, es decir a lo aceptado a través de la fe y de los dogmas, cuando todo cambia a velocidad vertiginosa, el no saber o no querer hacerse preguntas, cuando son muchas las que se nos presentan sin fáciles respuestas, se convierte en suicidio o en renuncia, y contribuye crecientemente al desprestigio de la política."
Me he estado informando un poco sobre una formación política que siempre me había llamado la atención, pero de la que realmente no sabía gran cosa. Os lo dejo por si os interesa:
LOS VERDES: UN PROYECTO PARA LA TIERRA Y PARA LA GENTE
Queremos construir un país más justo y creativo, para vivir su valiosa diversidad ecológica y cultural. Deseamos convivir con sus campos y bosques, con su cultura y lengua singulares, con las piedras y calles de su Historia. Queremos una sociedad más equitativa y solidaria, más sana y habitable, más sabia y democrática.
Nuestro concepto del mundo, pasa por proteger la calidad de la diversidad de vida y por construir un futuro basado en la cooperación y la solidaridad, con bienestar ecológico y social para todas las personas y pueblos.
Nuestra prioridad fundamental es tratar de transformar el actual crecimiento ilimitado del consumo y destrucción del mundo biofísico en una economía ecológica y socialmente sostenible, con una base ética de control colectivo, basada en la conciencia realista sobre los límites y las restricciones impuestas por la red de la vida de la que las sociedades humanas son parte.
Queremos capacitar a las personas para actuar sin dañarse a ellas mismas o al entorno, permitiendo el bienestar del resto del mundo y de las futuras generaciones.
La política verde trata de tener lo suficiente y mejor,substituyendo a las políticas de crecimiento. Trata de priorizar la calidad por encima de la cantidad.Y eso va en contra de algunas de las premisas básicas de las actuales tendencias del desarrollo industrial que luchamos por cambiar.
Los Verdes queremos construir una sociedad española, europea y mundial que respete los derechos fundamentales y la justicia ecológica: los derechos a una vivienda digna, a la salud, a la educación, a la cultura y a una alta calidad ambiental de la vida humana y de la vida de los ecosistemas naturales.
Queremos incrementar la libertad y la igualdad dentro del mundo del trabajo, no sólo luchando contra el paro, sino también mejorando las condiciones del mismo, disminuyendo la jornada de trabajo, evitando la precariedad laboral, ampliando las posibilidades de elección de la gente, liberando el potencial creativo humano, dentro de una ocupación de utilidad social y ecológica...
Queremos profundizar en la democracia, a todos los niveles, mediante la descentralización y la participación directa de las personas y grupos, en las decisiones que les afectan y de interés colectivo.
Somos Radicales, porque queremos ir a buscar las soluciones en la raíz de los problemas.
Somos Realistas, porque los objetivos inmediatos han de ser realizables.
Somos Transformadores, porque queremos cambiar el actual modelo de sociedad, aprovechando cada oportunidad que se ofrece, para avanzar como parte de un proceso que se realiza paso a paso
Somos Innovadores, para utilizar la inteligencia y la creatividad humana, de cara a promover una sociedad que beneficie a todos sus miembros.
Los Valores que defendemos Los Verdes son:
- Solidaridad: para promover e implementar la igualdad a nivel estatal, europeo y mundial.
- Democracia Radical: para hacer realidad la participación de todas las personas en los procesos políticos, defendiendo derechos económicos, sociales y ecológicos.
- Independencia: para mantenerse libres de las presiones de los intereses privados y de los lobbies.
- No-violencia: Como forma de hacer cambiar la sociedad y como medio de resolver diferencias y conflictos
- Justicia Social y Ecología: Porque los derechos de todas las personas y de la naturaleza están completamente relacionados.
- Igualitarismo: Porque creemos en la igualdad de oportunidades para todas las personas y, especialmente, en la igualdad de género.
Los Verdes estamos trabajando a favor de cambios profundos en la sociedad.
-Reformas económicas y sociales, para crear un contexto de sostenibilidad y continuidad, tanto para las personas como para el mundo natural.
-Un proceso democrático, a todos los niveles, que ligue el comercio, la seguridad, las cuestiones económicas y sociales a los derechos ecológicos y democráticos.
-Altas normas y exigencias socioecológicas, para asegurar la supervivencia y la calidad de vida, ahora y en el futuro.
-La solidaridad, los derechos humanos y la ciudadanía, para todas las personas, incluídas los inmigrantes.
-Una política exterior diseñada para resolver conflictos por medios pacíficos, en vez de por la fuerza militar, y para promover una cooperación solidaria que fortalezca la autosuficiencia y la justicia social en todos los pueblos.
- Mejorar las estructuras para la participación y decisión democrática, en las decisiones políticas, a favor de las ONGs, los sindicatos y la ciudadanía en general, con medidas para garantizar la participación paritaria de las mujeres.
-La defensa de la diversidad cultural y lingüística y de la riqueza del patrimonio cultural y natural de todos los pueblos.
-Unas ciudades y pueblos a escala humana en paz con sus entornos naturales y conservadores de sus singularidades culturales.HISTORIA
Los Verdes es una confederación de partidos políticos de más de 20 años de Historia, en nuestro país.
Fue a principios de los años 80 cuando, con la visita de la activista alemana Petra Kelly , 16 activistas ecologistas de toda España firmaron el "Manifiesto de Tenerife", en el que se expone la necesidad de, “paralelo al ejercicio irrenunciable de la presión social”, no poder confiar más en los partidos existentes en el momento, para conseguir “cotas crecientes de calidad de vida y de disfrute adecuado de los recursos naturales”.
A partir de este manifiesto, se formó una gestora que acabó en el año 1984, con la inscripción de “Los Verdes” en el Registro de partidos políticos del Ministerio del Interior.
El 8 de octubre de 1988, Los Verdes consiguieron el reconocimiento europeo de la “Alianza Verde Europea”, coordinadora de todos los partidos verdes de Europa, que más tarde se transformaría en la “Federación Europea de Partidos Verdes” y que acabarían en la fundación en Roma, en el 2004, del Partido Verde Europeo, primer partido europeo transnacional del que “Los Verdes” es el único y legítimo representante de España.
Toda la Historia de Los Verdes ha estado jalonada, y todavía lo está, por la competencia de una cantidad innumerable de partidos que, con el adjetivo verde en su denominación, confunden al electorado y disgregan el voto ecologista, impidiendo la consolidación del único miembro de España, de pleno derecho del Partido Verde Europeo, “Los Verdes”.
(NO NOS CONFUNDAS)
Los resultados electorales de la formación de “Los Verdes” han sido muy variados, y ha oscilado, desde la obtención del 0'5% en las primeras elecciones generales - a las que se presentó en junio del 86 -, hasta la obtención de dos diputados, en el Congreso de los Diputados, fruto de las Elecciones Generales de 2004, tras un acuerdo de concurrencia conjunta con el partido socialista.
En junio del 1987, Los Verdes obtuvieron su primer concejal, en la localidad de Villena (Alicante).
Más adelante, llegaron los pactos electorales con otras formaciones políticas, que permitieron la presencia de diputados de Los Verdes en varios parlamentos autonómicos._________________________
Estamos convencidos de que el verdadero riesgo es quedarse como espectadores ante el inmovilismo, el conservadurismo y el adicenamiento en que se ha instalado una buena parte de la izquierda y sus representantes políticos o intelectuales.
Si el esfuerzo de inventar resulta estimulante y creativo, a algunos les provoca parálisis su solo intento (...). Y el aferrarse a lo sabido, es decir a lo aceptado a través de la fe y de los dogmas, cuando todo cambia a velocidad vertiginosa, el no saber o no querer hacerse preguntas, cuando son muchas las que se nos presentan sin fáciles respuestas, se convierte en suicidio o en renuncia, y contribuye crecientemente al desprestigio de la política.
Ello no tendría mayor importancia si lo que estuviera en juego es la simple supervivencia de algunas formaciones. Pero lo que está en juego es, nada más y nada menos, que la pervivencia de la política democrática, como garantía de la articulación de sociedades libres y con justicia social, pacíficas y capaces de responder a las expectativas ciudadanas. Y no hay otro camino. Los demás conducen al desastre, como hemos podido comprobar en Europa a lo largo de este siglo. O al “colapso” ambiental o social que abrirá la puerta a inestabilidades y a discursos no democráticos.
Una radical defensa de las libertades, una mirada menos sesgada a la sociedad de la economía de mercado para exigir que además de libre sea social, una comprensión de los cambios que provoca el capitalismo de este final de milenio, un compromiso con la justicia, una convicción de que la ética es la garantía para otra política, una integración real de la ecología, de sus principios, valores y ritmos en la práctica política, no como un apéndice moderno y oportunista, una concepción universal de las respuestas concretas y generales, una apuesta firme por las nuevas tecnologías y en particular, las de comunicación, una feroz defensa y promoción de la diversidad... son elementos imprescindibles para armarse de nuevo y crear o ampliar los espacios desde los que contestar y debatir, desde los que responder y proponer nuevas soluciones a retos nuevos y pendientes.
Espacios de personas. Donde la igualdad entre hombres y mujeres sea la garantía de una profunda feminización de nuestros roles y de nuestros valores en la vida cotidiana y en la política. No nos basta ya con la proclamada y retórica sensibilidad ecológica o la anunciada progresiva incorporación de la mujer... Queremos una nueva matriz de pensamiento y de política.
Con una afirmación de europeidad, como espacio y como proyecto. Porque es la ausencia de Europa la constatación incuestionable en conflictos que han vuelto a desangrar nuestro continente, en Bosnia, Kosovo o Chechenia; es la ausencia de Europa la que se presenta en la incapacidad de frenar el ascenso de nuevas formaciones con viejas e intolerables ideas.
(...) Lo conocido es incapaz de responder a las expectativas que se manifiestan y expresan en demasiados silencios y ausencias. La abstención y el desenganche son el lugar común de encuentro de muchas personas válidas y comprometidas que no saben desde dónde actuar o a través de quién expresarse electoralmente. Pero que lo hacen, cuando tienen la oportunidad.
Con ciclos y particularidades concretas, en todos los países de la Unión son comunes los fenómenos de desilusión, desmovilización, abstención, poco interés en la política, baja participación asociativa. Y en los procesos electorales, una sensación de cambio de canal pero sin encontrar, salvo en contadas ocasiones, un cambio sustancial de contenidos y propuestas. Y esto sucede cuando quizá los retos urgen más que nunca a encontrar nuevas respuestas.
Sin profundizar en la democracia, sin hacerla más participativa y sugerente, más adaptada a las sociedades que en ella se articulan, a sus aspiraciones y necesidades, se agota el espacio de los progresistas. Quedará sólo la gestión de lo económico sin poder cuestionar sus premisas y sus ciclos, ajeno a lo ecológico y cada vez más, lo social. Ausente la política.
(...) Y desde la Cumbre sobre el Cambio Climático, convocada por las Naciones Unidas en Kioto en 1997, sabemos que el mundo científico viene avalando crecientemente las tesis ecologistas sobre la grave salud del planeta. Enfrentar los innegables riesgos que conlleva un modelo de desarrollo basado en el crecimiento depredador y en la exclusión social, son dos ejes centrales de toda política innovadora y deben de constituir el corazón de la nueva izquierda y de los progresistas modernos.
(...) La izquierda envejece y se aferra a los tópicos o se acomoda a las encuestas. Pero no transforma, o transforma poco. Y desde luego, no se transforma ella misma, condición sine qua non , para cualquier cambio.
(...) [Se trata de construir “otra izquierda”]. En España, está por crear, dada la limitada oferta electoral desde la izquierda, que se reduce grosso modo a dos formaciones y sus escisiones, encuadrables en las dos escuelas tradicionales: la comunista y la socialdemócrata. Y el espacio de los verdes está por construir, aunque sus siglas proliferen en diferentes variables, algunas pintorescas. Pero el nombre no afecta a los retos y tareas por desarrollar. Y a ello os invitamos.
(Libro: "Por la tercera izquierda". Editorial Planeta, 2000)
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