domingo, 27 de octubre de 2013

Ich koche

Miel, canela y limón.
Esta casa que vamos a dejar,
la casa india, casa de las alfombras,
del incienso y las especias. La casa sin fregona.

Esto que ahora es nuestro, que nos acoge y da calor, que nos enseña como vuelan las ardillas y caen las hojas bailando sobre más hojas. Y esos hombres que nunca terminan de recogerlas junto a la guardería de la esquina.

Cada mañana les veo trabajar, Langenfelder o algo así es ese lugar que abre sus puertas y nos transporta a todos, todos en el mismo vagón, hacia vaya usted saber donde.

Me hablan en alemán, a veces les endiendo, a veces creo que les entiendo. Nunca puedo estar segura.