lunes, 31 de agosto de 2009

El 669 es el mío.

Para en el 665, parece que se haya detenido el tiempo. Cuando me quiero dar cuenta ya me estoy mordiendo los dedos. Mierda, yo no me muerdo las uñas. Leo los análisis, me fijo en el maldito *, como para no fijarse:

ASLO *393 Ul/l [0-200]

Casi el doble del límite... Me pregunto si ese número es un equivalente al grado de dolor que se siente. Pero claro, teniendo en cuenta que nunca soy una superheroina... Me fijo y los resultados de la intolerancia a la criptonita no aparecen.

666, oh, perfecto, ¿cuánto tiempo más?
El papelillo se arruga cada vez más. Siempre igual, y para cuando me lo pidan, carita de niña buena.

667, 668, 669, ¿y ahora todos a la vez?
Miro al tio de la cicatriz en la cabeza. Curioso peinado. Pienso en como le quedaría largo.
Me vuelve a tocar al señora del ojo a la virulé, 'es que estaba seca', se escusa mientras termina con su vaso de plástico. En la cita previa de al lado hay un chico que dice ser de Manchester, la tía no para de decir que habla muy bien para llevar sólo 3 años aqui. Se pone pesada con que se cuide del sol, que aqui hace más calor, topicazos.

Mi señorita Mª Luisa por fin me da cita para Noviembre mientras parece pedir perdón de nuevo, pero esta vez por lo que va a tardar el reumatólogo. La pobre no tiene culpa... Igual que el hombre de la cicatriz tampoco, ni el que me ha pedido fuego al entrar y no le hecho ni caso. Apenas he desayunado, y sólo pienso en mi. Me da igual lo que pase fuera, ya hasta respiro tranquila. Después de dos años por fin se que cojones me pasa.

viernes, 28 de agosto de 2009

Fui al maldito porque lo quería volver a sentir ese temblor en el pecho con cada golpe de batería.
Volver a temblar, emocionarme. Stand Still. Increible.
Marte, ¿explotó? ¿o fué Marta?
Vamos a besarnos, vamos a inventar nuestro propio festival internacional.
Vamos a resucitar a grupos deshechos, a cuerpos deshechos,
sobretodo esas voces rotas.
Acaba la noche, nadie me ha hecho llorar.

martes, 11 de agosto de 2009

He estado buscando un poema de Baudelaire, pero no lo he encontrado, bueno... más bien me he detenido.
No quería encontrarlo.
Sé que tiene que estar por alguna parte, pero prefiero toparme con él cuando tenga más sentido. Cuando tenga en la memoria la estructura de los labios correctos (como diría Quique González).

A veces quieres que cambien tantas cosas que no sabes por donde empezar.Lo único que sabes y desearías no saber es que toca esperar. Esperar años incluso, hasta poder verte libre. Hasta que te veas viviendo en Canadá, en Montreal, teniendo un acento muy raro. Entendiendo por fin Les Fleurs du Mal.

martes, 4 de agosto de 2009




Es increible.

Es como cuando en Perdidos ves que se habian cruzado en su pasado.

Es todo una coincidencia muy bien preparada.

Es un misterio.

Es un dinosaurio peleón, extinguido. Que ya no existe, pero todo el mundo le recuerda... como algo grande.

Digo lo que es, ya no necesito especular más.


Me basta una canción en portugués para verlo claro, para no temer.