Es curioso como miras a tus manos esperando a que escriban lo que no te sale en ese momento. Te has dado cuenta de todas esas veces que tu inconsciente te ha jugado una mala pasada, escribiendo sin querer aquello que realmente pensabas. Con dos caminos, tarde le diste a enviar o esa vez te salvas.
Llegados al punto en el que pensar no soluciona nada, sólo da problemas... ¿Por qué ahora no escribís solas?
Sí, eso hacemos. Por dios relájate un rato, deja que la música suene, canta bien alto mientras vas corriendo cuesta abajo acariciando las hojas mojadas. No, no, no, no te seques las manos, hace calor ¡se secan solas! Sí, el calor ha vuelto, pero también la lluvia. Que curioso, no podría estar más de acuerdo con este tiempo que parece que cree que puede jugar con nosotros. No sabe que podemos esconder la dinamita en el cadáver de un cocodrilo y reventar la balsa. En cualquier momento puede reventar, un simple silencio y que todo estalle.
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