martes, 30 de agosto de 2011

De vuelta de pueblo inclinado por el camino torcido  desde la ventanilla del coche y sin atreverme a contarle a nadie en ese momento lo que estoy viendo. Sólo estamos todas en silencio. Tal vez, estemos todas apreciando el mismo paisaje. ¿Tanto nos parecemos? El sexo nos une y nos separa.
Las montañas y el cielo ya no tienen la misma relación que tenían antes conmigo.
¿Sois vosotros o soy yo la ando casi cabeza abajo? ¿Por qué creo que sin vosotros me ahogo? ¿Quiénes sois? ¡No dejéis que hinque la cabeza! no Es una súplica.
Yo pensaba que las cosas se podían hacer poco a poco, pero la luna me dice que ella marca los días.
¿Qué droga es esta? ¿Eres tú, acaso, el producto de este desenlace?
Buena suerte, Mañana.

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