domingo, 14 de noviembre de 2010

London calling

...Y se echó a temblar

cuando descubrió

que su acierto no era más

que el sucio empeño

en un gran error.


- Eso nos ha pasado a todos. Deja de leer esas mierdas.
- No, no. Tiene razón.
- Bueno, tú haz lo que te dé la gana.
- ¿Por qué siempre que me pongo a pensar un poco, me vienes con esas?
- Porque sé como acaba esto.

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