''En asuntos de la vida cotidiana, sin duda era necesario, o algunas veces necesario, reflexionar antes de hablar, pero un miembro del Partido, llamado a emitir un juicio político o ético, debía ser capaz de disparar las opiniones correctas tan automáticamente como una ametralladora las balas. Su entrenamiento lo preparaba para ello, el lenguaje le daba un instrumento casi infalible y la textura de las palabras, con su sonido duro y una especie de fealdad salvaje de acuerdo con el espíritu del Ingsoc, acababan de completar el proceso.''
-George Orwell-